«Being with you is like being in Wonderland: we're all mad, but we don't care, in fact, we like it.»
Queridas
Hoja y Galleta:
Os
debía esto desde hacía muchísimo tiempo. Os debía un
agradecimiento, a decir verdad, desde que aparecísteis en mi vida,
porque desde entonces no soy la misma, y, sobre todo, porque sin
vosotras no soy nada. Os debo muchísimo.
El
problema es que no sé expresarme con esto, y sé que voy a llorar,
entre otras cosas porque tengo a Taylor Swift sonando por detrás, el
disco es Speak Now y pronto sonará Long Live, supongo
que entendéis a dónde quiero llegar. Además, tengo tantas cosas
que deciros que no sé por dónde empezar, y os aseguro que acabaré
dejándome la mitad por el camino.
Empezaré
por el principio, como las personas normales (aunque las tres sabemos
que no somos normales en absoluto):
D. Cameron Atlas (te llamo por tu nombre completo porque soy Diva y
puedo), ¿recuerdas cómo empezó todo esto? Un día me mandaste un
mensaje a mi cuenta personal de twitter, preguntándome si era Merce
Fearless, y ese fue el origen de todo. Resulta increíble pensar que
si nunca me hubieras hablado, probablemente ahora no estaría
escribiendo esto. Recuerdo que cuando lo leí me entró un poco de
miedo, en parte por hablar por internet con alguien que no conocía,
y por otra parte creo que fue esa inquietud de no caerte bien. Y
desde ahí comenzamos a hablar todos los días, yo te contaba como
copiaba en los exámenes de Tecnología y siempre te preguntaba
cuando ibas a publicar, seguramente te parecería una pesada, pero no
podía estar más de una semana sin leer algo tuyo. Poco a poco ese
miedo que tuve al principio me fue pareciendo absurdo, porque te
empecé a conocer más, y, qué quieres que te diga, querida Atty, si
es que eres una de las mejores personas que he conocido en toda mi
vida, y lo digo en serio, nunca lo olvides. Si hubiéramos dejado de
hablar yo no sé lo que habría hecho, porque sin ti me hubiera
sentido como si me faltara algo. Hubiera echado en falta tus
fangirleos por One Direction, tus regañinas por copiar en
Tecnología, tu obsesión por el Rock, los informes que hacías sobre
tus exámenes, tus ataques de hablar en inglés..., todo. Doy gracias
porque no he tenido que echar en falta nada de esto, porque sigues a
mi lado. Te convertiste en una amiga de verdad, en alguien que no
quiero perder por nada del mundo.
Y
entonces, un día que parecía otro cualquiera, creaste un grupo en
Hangouts en el que también estaba una personita llamada Annie
Montrose. En ese momento, Annie, yo no sabía mucho de ti, salvo que
dibujabas de una forma que daba envidia, y que escribías genial, ya
que había leído alguna que otra entrada de tu blog. Hasta entonces
no había tenido otro contacto contigo que ese de leer tu fantástico
blog, y tan sólo había podido admirarte, y te admiro aún, pero
entonces era sin llegar a acercarme, sin llegar a hablarte. Y hablo
en serio cuando digo que me sentí completamente feliz cuando vi el
mensaje en el que me decías que querías conocerme. Ya había
pensado antes, y no me equivocaba, que eras una persona maravillosa.
Ahora, después de tanto tiempo, ya te conozco, conozco tu carácter,
sé que cuando estás nerviosa dices nombres de países al azar, sé
que tu carta de Hogwarts se perdió junto a la mía, conozco tu
grandiosa admiración por The Beatles (por no decir tu obsesión c:),
y sé que tienes corazón británico, como yo. ¿Qué haría yo sin
ti?
Desde
entonces comenzaron todas nuestras locuras, todos esos interminables
ratos de mensajes en Singing Inc., tantas risas, tantos
«awwwwww», tantos fangirleos, tantas cosas que hemos
compartido. No las cambiaría por nada del mundo. Me habéis ayudado
en mis peores momentos. Son innumerables las tardes en las que
llegaba a casa con ganas de cerrar los ojos y no volverlos a abrir
jamás, y entonces leía vuestros mensajes y me olvidaba de todo,
porque con vosotras todo es mejor.
¿Recordáis
el día en el que Annie mandó la imagen de lechuga? Yo lo
llamo «El Gran Día», y sé que es estúpido, pero lo considero el
día en el que encontramos algo más que compartir. Nuestra palabra,
algo que sólo nosotras comprendíamos. Algo solo nuestro. Porque
lechuga es nuestro siempre. Y será así por los siglos
de los siglos (Amén).
Es
ridículo recordaros que sin vosotras no soy nada, porque creo que ya
lo sabéis. Porque no somos simplemente amigas. Somos hermanas
lechugas fangirls. Y Divas. Y Únicas. Y muchas más cosas. Puede que
estemos más locas que el culo de una cabra, porque, sí, lo estamos,
pero cuando estoy con vosotras no es algo de lo que avergonzarme. Me
aceptáis con mi subnormalidad, con mis problemas y con mis ataques
de locura, y no sabéis cómo os lo agradezco. Cuando hablo con
vosotras me siento como en casa, me siento bien. Adoro infinitamente
cada conversación que compartimos, porque me hacen sentirme
completa.
Así
que gracias a los dos.
Gracias,
Atlas, por ser tan única, por ser mi
pequeña-no-tan-pequeña-directioner, por ser tan adorablemente
perfecta, por tus ataques de hablar en inglés, por arrastrarme a mí
también a veces a fangirlear sobre One Direction con tu enorme
entusiasmo, por llamarme Margaritte, porque vas a crear conmigo la
película de El Gato Fofo: El Regreso, por ser tan Divergente y no
dejar que te controlen, por darnos a Annie y a mí consejos tan
motivadores cuando estamos depres, por fangirlear conmigo sobre PLL
(aún no lo has hecho, pero créeme cuando digo que lo harás), por
tantos mensajes que me han llevado a decir eso de “explosión de
genialidad”, por tus programas de radio particulares, y
absolutamente por todo. Gracias por todo, Hoja.
Gracias,
Annie, por ser Diva conmigo, por ofrecerte voluntaria para comprarme
libros en mi futura librería, porque ambas iremos a Londres y nos
casaremos con ingleses, porque tomaremos el té a las cinco en punto,
porque hubieras sido mi compañera en el vagón del Expreso de
Hogwarts, gracias por esos mensajes que me he encontrado cuando he
vuelto del campo, por tener fe en mí cuando yo no la tengo, por tus
comentarios tan fantásticos, por entusiasmarte tanto cada vez que
subía un nuevo capítulo de Different, por seguir mi novela desde el
primer momento, por hacerme ver que no está tan mal como yo pienso
cada vez que me pongo a escribirla, por hacerme sentir que no soy la
única que está loca, por enseñarme que está bien estar loca, y
por cada una de las cosas que hemos compartido. Gracias por todo,
Galleta.
Os
prometo con un Juramento Inquebrantable que nos vamos a conocer en
persona, aunque sea lo último que haga. Aunque cumpla los veinte o
los treinta y no lo haya conseguido, no me daré por vencida, y si
alguien me dice, en plan Dumbledore «After all this time?»,
no le responderé always, porque eso no hubiera sido una
respuesta digna de The Lechuga Team. Responderé, con todo mi
orgullo de Diva, «lechuga».
Por
último, John Green dijo una vez que hay infinitos más grandes
infinitos, y estaba en lo cierto. Y por eso, me despediré diciendo:
Os
quiero, con un gran infinito.
Hoooolaa!!
ResponderEliminarJoliiiin!! Sé que no va para mi xD pero me he puesto a leer, y no sabia de que hablabas y eso y luego me he ido enterando y casi me emociono porque he pasado por una cosa parecida xD
Todo muy de recuerdos xd Precioso! Haber si os podéis conocer ya jolín!!!!!
Besoos jajaja
Vaya, muy emotivo y gran frase la de John Green, siempre saca frases que le dan toques de esencia a los textos.
ResponderEliminarEspero realmente que algun dia, esperemos mas pronto que tarde consigas lo que deseas.
Un beso:)
Awwwwwwwww xD
ResponderEliminarEste texto(aunque no vaya para mi) me ha encantado *-*
Annie y Atlas son tan asdfghjklñ,las pude conocer un poco y me cayeron super bien!Como no,son hiper genialeees
En serio :''''''')
Conoceros y contar la exeperiencia!
Os quiero,con un gran infinito a las tres <3<3<3
Una amistad envidiable! !! ♥ ojala se conozcan pronto *-*
ResponderEliminarMe ha gustado mucho todo lo que dices sobre esas dos personas :)
ResponderEliminarSe nota que os llevais genial y sois buenas amigas y majisimas todas *-*
Un beso